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9 motivos para comprar vinos de proximidad

El “Kilómetro 0” como tal es un concepto que significa “consumo de corta distancia”. Tiene como objetivo reducir los pasos que hay desde que el productor recoge un alimento para ser vendido hasta que el consumidor se lo pone en la boca. Se trata de una alternativa al suministro de alimentos a gran escala.

Esta forma de comercializar los productos beneficia a productores, consumidores y a la propia humanidad y el planeta. En este post veremos los 9 motivos para comprar vinos y cavas de proximidad.

1. Son vinos más frescos

Los vinos de proximidad son más sabrosos. Durante el proceso de recolección de la uva se mantienen intactas sus propiedades, por lo que aportan un mejor contenido nutricional. Son vinos naturalmente frescos sin la necesidad de conservantes ni aditivos.

2. Disfrutas de olores y sabores estacionales

En internet podemos encontrar vinos que vengan de Francia, Portugal o Nueva Zelanda. Pueden ser incluso vinos ecológicos, aunque han sido cultivados en el otro lado del planeta.

El consumo de proximidad te permite redescubrir los sabores típicos que nacen en tu tierra. Cada estación es diferente para el paladar, la vista y el olfato. Respetar el ciclo natural de la uva hace que nuestros caldos sepan muy bien.

3. Respetas y fomentas la biodiversidad

Con el consumo de proximidad respetamos que se continúen produciendo y conservando variedades autóctonas de diferentes especies agroalimentarias, algunas en peligro de desaparición. Muchas son muy desconocidas por la mayor parte de la población, pues están fuera de los grandes círculos de consumo.

4. Es fiel a tus deseos como consumidor

Los consumidores cada vez están más concienciados e informados sobre las características de nutrición y seguridad alimentaria. Conocer el origen de tus vinos te ayudará a tomar buenas decisiones de compra y a cuestionar muchas cosas.

De este modo su valor no va solo en función del precio, sino que también tiene el del significado que los consumidores le reconocen.

5. Tiene el valor que pagas

Ya sabemos que desde que el vendedor envía el vino hasta que llega a nuestra boca hay un coste asociado muy grande. Los embalajes, las neveras para conservar el producto hasta que se envía finalmente a su destino… todo incrementa los costes.

Además vivimos en un mundo globalizado, y el hecho de que se puedan enviar productos de un lado al otro del mundo hace que esto se vea agraviado. La mano de obra en muchos países es más barata y se incentiva el transporte de productos de un sitio a otro, pagando el combustible de barcos, camiones, etc.

6. Evitas la distribución a gran escala

En países con unos precios de producción más baratos estamos incentivando un consumo que no es un buen modelo para la comunidad ni para el planeta. Además, los monocultivos y los pesticidas son indispensables para este modelo de negocio.

Si compramos vinos de proximidad no estamos fomentando este modelo de consumo que perjudica mucho a los artesanos de la vendimia locales. Además, alimentar este modelo perjudica a los trabajadores de países subdesarrollados que producen y producen sin tener una recompensa suficiente por su trabajo ni un mínimo de derechos garantizado.

7. Cuidamos el planeta

Si elegimos vinos de proximidad estamos promoviendo la salud del medio ambiente y luchamos contra el cambio climático. La emisión de gases contaminantes y de efecto invernadero es un hecho cuando hablamos de distribución a nivel global.

Además, una vez usados todos los embalajes y envases de plástico hay que reciclarlo o es un grave problema para el planeta. La acumulación de residuos plásticos no hace más que incrementar año tras año.

8. Proteges tu salud

La producción en masa está indiscutiblemente asociada a los monocultivos y al uso de pesticidas, fertilizantes de síntesis, herbicidas… Se trata de un conjunto de sustancias químicas que no deberían formar parte de nuestros alimentos de forma natural.

Pueden ser dañinos para nuestra salud, especialmente para nuestro sistema nervioso y en el caso de niños y personas mayores. Con esto tampoco significa que el producto de proximidad sea ecológico, pues no tiene por qué tener ningún certificado. Se basa más en la confianza establecida entre el productor y el consumidor.

9. Mantienes las tradiciones

Los vinos de proximidad dan importancia a la tradición. La manera de hacer las cosas como siempre es un valor añadido. En nuestro blog ya hemos contado la historia de la familia Comenge o de los amigos Catllà y Claret. Claros ejemplos de que detrás de la producción de un vino de proximidad hay toda una historia por descubrir, la cual ha aportado una personalidad propia a la viña y su producto.

Vale más por lo tanto la confianza en la venta de proximidad que al propio sello ecológico. Se favorecen las comunidades de tu zona y se promociona el entorno inmediato. Esto contribuye a que la herencia de Comenge, el Molí y todos los viticultores no caiga en el olvido.

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